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Perdonarse a uno mismo es clave para avanzar sin ataduras, de los errores se aprende y de los dolores uno también se hace más fuerte.
La vida trae sorpresas,
a veces lindas, a veces feas...
Sin embargo cuando encuentres la manera
de mirar hacia adelante,
sin dar pasos vacilantes,
descubrirás que aún lo malo también lo vale.
Experiencia es resistir,
fortaleza es sentir,
darse por vencido es dejarse morir.
Debés aprender a ser un poco más feliz.
La mochila que hoy cargas,
quizás nunca se vaya,
pero tenés que aprender que es parte de vos,
que aunque te acompañe eternamente y te pese,
también te va a ayudar
-de distinta forma-
a ser quién eres.
Porque de errores y dolores se aprende,
porque de vacíos y llantos uno se fortalece,
y es así que, cuando menos lo esperes,
tu sonrisa resurgirá y el dolor alivianará.
Tu alma sanará cuando aprendas a quererte,
cuando te mires al espejo y decidas no perderte.
Atrevete a perdonar a la imagen en tu reflejo.